¿Por qué los bañadores de hombre tienen que llevarse siempre la peor parte? Los hay en azul marino, rojo, blanco, negro, y con mucha suerte con estampado hawaiano. No hace falta conformarse con la ausencia de variedad y chispa. Diseña tu propio bañador para hombre personalizado y créalo a tu gusto para romper moldes. Nuestros bañadores de hombre personalizados están disponibles en una amplia variedad de tallas y estilos, para que crees algo que estés deseando ponerte.
La historia de los bañadores
Los bañadores no se han usado siempre, porque los primeros bañistas iban desnudos. No fue hasta 1737 que aparecieron normas para que se pusieran algo encima, y no hubo una ley al respecto hasta 1860. Desde aquellos días el bañador de hombre ha ido evolucionando hasta la plétora de elección que te ofrecen los bañadores personalizados.
Si empezamos en el periodo clásico, el baño y la natación se practicaban completamente desnudos. Todas las imágenes que nos han llegado muestran bañistas sin ropa, y lo mismo hay que decir de la época medieval. También es cierto que en la Edad Media la gente, por lo general, no nadaba. El baño público estaba mal visto y por lo tanto no había mucha necesidad de vestirse para una actividad privada.
Bañándose en la ciudad de los baños
En el siglo XVII hicieron su aparición los trajes de baño. Los primeros vienen de la famosa ciudad balneario de Bath, en Inglaterra (aquí también tenemos unos cuantos pueblos que conservan el nombre de Baños). Estas prendas pioneras consistían en unos calzones y un chaleco de lona amarilla.
El siglo XVIII trajo bañadores de hombre hechos de lana. El modelo era ajustado, con manga y pierna largas, similar a una prenda actual de ropa interior térmica de una pieza. Los cien años siguientes trajeron consigo muy pocas novedades.
La etiqueta del baño
Contra la imagen que tenemos de la época, en el siglo XVI y XVII, tanto hombres como mujeres acudían al río durante las fiestas veraniegas en las ciudades españolas para disfrutar, sin mucho pudor, del baño. Algunos usaban camisas para bañarse, pero otros no dudaban en hacerlo sin nada encima.
Pasado el recato dieciochesco, la reaparición del baño público va ligada a dos fenómenos, los avances de la medicina y la popularidad del deporte. El bañador no aparece hasta el siglo XIX, y comenzó cubriendo completamente el cuerpo.
Encogiendo progresivamente
El bañador de hombre siguió la misma tendencia que el femenino durante el siglo XX. La tendencia a encoger. Cada vez fueron cubriendo menos hasta que el estilo “speedo” se impuso. Populares por algo más que sus ventajas para el deporte, estas prendas no dejan mucho a la imaginación.
En algunas zonas, normalmente de las regiones tropicales, los hombres usan tangas y hasta bikinis.
Vuelta al orden
Durante los años noventa el bañador masculino volvió a alargarse y hacerse menos ajustado. Llegaron otra vez hasta las rodillas y también se llevaban más bajos en la cintura. Como no todo el mundo siguió la nueva moda, llegamos a la situación actual, con muchos estilos disponibles, desde el minimalista hasta el largo pero ajustado.
Todos iguales
A pesar de que por primera vez en siglos tenemos donde elegir, las opciones siguen siendo sorprendentemente limitadas. Colores primarios, más blanco y negro, acompañados del típico estampado floral de nuevo en los mismos tonos. En un mundo que nos ofrece la posibilidad de ser únicos, esa fórmula ya no sirve.
Bañadores personalizados
Diseña tus propios bañadores personalizados, con tus diseños y gráficos. Elige el estilo en que te encuentres más cómodo y adáptalo para hacerlo tuyo de verdad, un bañador de hombre a medida. No solo es el diseño lo que puedes personalizar, sino que en la mayor parte de modelos también decides elementos como el color de las costuras y los detalles de acabado. Los bañadores personalizados se hacen por encargo y están disponibles en una amplia variedad de estilos y tallas.